¡Es un honor estar con Obrador!

Cordinar nuestros horarios no fue tan díficil. Yo adelanté mis horas de trabajo para poder disponer del viernes. Ella cumplió con el compromiso que tenia y sus jefes le dieron el día para que pudiera acompañarme.Lo dificil fue la presión de los demás.

"No van a llevar a los niños, ¿verdad?"
"¿Qué ganan con ir?"
"Dicen que se va a poner feo... mejor no vayan"
"Papá... tengo miedo que te pase algo"

La noche anterior fue de muchos preparativos: Terminar el bastidor para la lona, empacar los postes y ponerle fajillas a los pendones, comprar el vinagre blanco, encontrar los gogles, conseguir la mascarilla con filtro de polvo, guardar los impermeables... Controlar los nervios, la excitación, quizas los miedos...

A las 10 de la mañana la recogí en su trabajo y pasamos a la casa por nuestras cosas. Al subir al coche con más de 20 pendones, vistiendo nuestras camisetas y nuestras pañoletas amarillas, al parecer, llamamos la atención, porque un hombre, quizás un vecino, desconocido para nosotros, nos detuvo para preguntar ¿A dónde van? ¿Dónde va a ser? ¿Qué va a haber?

Vamos a México... a San Lazaro... a que nos mojen.

Su rostro se iliumino de alegría al decirnos ¡Suerte! cerrando el puño y extendiendo el pulgar.

El viaje al D.F. fue una fiesta. Salió la guitarra y las canciones -de protesta, para estar a tono- que todos cantaban o al menos lo intentaban. La primera valla cambio todo.

"¿Alguien sabe como llegar? ¡Ya nos bloqueron el paso!"

Todos sabiamos que iban a estar ahí, esperándonos, pero ver a tantos policías, que a su vez nos veían con la misma tensión que nosotros a ellos fue suficiente para que el silencio nos atrapara.

Alguién inicio las indicaciones de como utilizar el vinagre para evitar los gases, que debiamos hacer en caso de agresión, como debiamos de reagruparnos, etc. La tensión fue mayor.

Varias vueltas y más barreras y muchos, muchos policias más.

Llegar al Zócalo fué un alivio que mereció un aplauso del personal.

Habíamos llegado... y estábamos listos.

El 1 de septiembre fue revelador para mucha gente, incluyéndome. Era evidente que cada vez acudia menos gente al Zócalo, pero ese día, nos dimos cuenta que el compromiso y la coherencia de quienes ibamos era cada vez mayor.

Ese día, "ni un paso atrás" dejó de ser algo simbólico para convirtirse en un acto cotidiano; como resistencia civil, entendimos la importancia de organizarnos y mantenernos juntos; Marcelo Ebrad se mostró como el líder de una ciudad dispuesta a no dejarse y Andrés Manuel dió inicio al ajedrez politico que se jugaba:

"Nosotros somos los que tenemos que decidir cuándo vamos a tomar las decisiones, no nos van a poner ellos sus condiciones... aún estando a cinco calles del Congreso, no vamos a ir, aquí nos vamos a quedar el día de hoy, ¿o creen ustedes que hay que ir allá a hacerles el jueg. No tiene ningún sentido, ¡Que se queden con sus tanquetas...!"

Al final de la tarde, diputados y senadores del PRD tomaban la tribuna en el Congreso y hacian valer el sentir de los que estábamos reunidos en la plancha del zócalo. Jaque Mate. Hoy pierde FOX.

El "voto por voto" había quedado atrás. ¿Cuál sería nuestro grito de guerra? ¿Como celebrar ese momento?

Con una sola voz, miles de gargantas contestaron mi pregunta "¡Es un honor estar con Obrador!, ¡Es un honor estar con Obrador!, ¡Es un honor estar con Obrador!"

El camión nos dejó, nos ofrecieron aventón... por oir a Lila Downs también nos dejaron... finalmente nos dieron espacio otros compas.

"Sí se pudo, sí se pudo, sí se pudo", "Fox y sus macanas se quedaron con las ganas","Fox no pasó, pelele no pasará","¡ES UN HONOR ESTAR CON OBRADOR!"

...Regresamos a casa... muy cansados, muy contentos, muy inspirados, teniendo un líder.

"¡Es un honor estar con Obrador!"

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